El sintetista y guitarrista (también multi-instrumentista) británico Phil Thornton aparece descrito en su biografía oficial como un entusiasta "hechicero de visiones sónicas". Poético, sí, pero al mismo tiempo sorprendentemente preciso. Porque, al fin y al cabo, ¿qué son los sintetistas sino hechiceros sonoros? Magos, en definitiva, capaces de destilar y conjurar sonidos irreales y de fantasía que no pueden ser producidos por los instrumentos tradicionales, y que configuran paisajes... mundos... universos... imposibles de concebir de otra forma. Ésa es la magia de la electrónica, su inmenso poder evocador, y las infinitas posibilidades de alquimia sonora (de ahí el título del presente blog) que ofrece al músico.
La música de Thornton está normalmente asociada al género new age debido a su relación con el famoso sello británico New World Music, fundado por el naturópata, osteópata y psicólogo Colin Willcox en 1982, y que además de editar buena parte de su discografía, dio también a conocer a todo el mundo la obra de una serie de espléndidos músicos entre los que destacamos a Asha (Denis Quinn), Medwyn Goodall, Philip Chapman y, por supuesto, Terry Oldfield. Los detractores de este tipo de música (entre los que no me encuentro, todo sea dicho) no deben preocuparse, ya que la extensa obra de Thornton es lo suficientemente versátil como para incluir interesantes trabajos de música electrónica alejados de los cánones normalmente adscritos a la (mala) música new age.
Thornton comenzó en serio su andadura en la música a principios de los 80 como miembro del grupo Expandis junto con John Wilde y Daver Miller, inspirados por géneros como el punk, la new wave, el synthpop o la música experimental, y grupos como Suicide, Talking Heads, Kraftwerk y la Yellow Magic Orchestra. Desde entonces ha escrito y producido más de 30 álbumes en solitario, con ventas que superan las 2 millones de copias en todo el mundo. Como consumado instrumentista que es, ha acompañado a otros artistas del renombre de Sinead O'Connor o Gordon Giltrap en sus giras, y ha grabado además un álbum con el grupo de rock psicodélico-étnico inglés Mandragora. Y por si todo ello no fuera suficiente, su música ha abrazado también influencias de música tribal y étnica de muy diverso origen: shamánica, amerindia, del Tíbet, Australia, Brasil... y, por supuesto, Egipto, como demuestran sus colaboraciones con el prestigioso percusionista egipcio Hossam Ramzy en cuatro destacables trabajos. ¿Entienden ahora por qué describí su obra como versátil?
Entrando de lleno en territorios musicales más afines a la idiosincrasia de este blog, Thornton empezó a utilizar sintetizadores por primera vez en el año 1973, y desde entonces ha estado explorando las posibilidades que ofrecen dichos instrumentos. Los resultados pueden ya apreciarse en su primer trabajo en solitario, el impresionante "Cloud Sculpting", que se convirtió, merecidamente, en un gran éxito de ventas en las listas británicas de música electrónica y new age, siendo considerado, a día de hoy, todo un clásico en su género.
Descrito como una "banda sonora a la búsqueda de una película", este álbum comenzó como un encargo de la compañía Filmtrax, la cual estaba al corriente de los experimentos realizados por el músico con instrumentos electrónicos para proyectos como "The First Quest", un doble álbum de música pensada para acompañar al célebre juego de rol de fantasía heroica "Dungeons & Dragons". El álbum que nos ocupa iba a formar parte de una serie de trabajos que debían representar por medio de la música determinados colores, en este caso concreto el color azul.
La música no tiene nada que ver con ese Muzak "sedante" mal asociado a la new age. Se trata más bien de un trabajo de música electrónica de exuberante imaginación y riqueza sonora, con pegadizas y potentes melodías además. El etéreo tema que abre el álbum, titulado "The Cloud Sculptors", y que ofrecemos en su integridad más abajo, está inspirado en un relato corto de J.G. Ballard, un importante autor inglés de ciencia ficción. Dividido en dos partes claramente diferenciadas, se trata, sin lugar a dudas, del momento con mayúsculas del álbum, junto con otras fabulosas piezas como "Rising Thermals" y "Goldfish Don't Whistle".
El álbum fue compuesto y grabado en su propia casa utilizando un equipo alquilado, y posteriormente fue llevado al estudio de Filmtrax en Londres, en donde pasaría por las manos del célebre ingeniero de "masterización" Simon Heyworth. El álbum salió a la venta en el año 1986, y seis años más tarde saldría una reedición remasterizada a cargo del sello New World Music, bajo el cual llegaría a grabar un total de 23 trabajos desde el año 1986 hasta el 2010. El primero de dichos trabajos fue "Edge of Dreams", al cual sí podemos considerar, a diferencia de "Cloud Sculpting", como un álbum claramente adscrito al género de la new age según la acepción aportada por el propio compositor a dicha etiqueta: "music designed to effect consciousness in a positive,
uplifting way".
"The Cloud Sculptors" (Phil Thornton)
Valoración del álbum: **** sobre *****
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