martes, 9 de octubre de 2012

"PIANO TEXTURES 2" (Bruno Sanfilippo, 2009)



Nacido en Buenos Aires en el año 1965 y residente en Barcelona, Bruno Sanfilippo es a día de hoy uno de los más grandes e inspirados exponentes de una rica tradición de ambient pianístico que se remonta a los primeros y legendarios trabajos compuestos por el Maestro americano Harold Budd a principios de los 80, aunque con un estilo muy personal que lo convierte en todo un referente a nivel mundial en este tipo de música. 

 

La relación del bonaerense con el piano se remonta a su más tierna infancia. Como él mismo declaró en una entrevista, "I played the piano even before I learned to walk; it was just another one of my toys". Durante su adolescencia dedicó largas horas a la improvisación pianística, descontento con la teoría musical y los métodos educativos empleados en las clases recibidas.


En el año 1984 conoció al compositor experimental Patricio Migliazzo, que asumió el desafío de enseñar al joven músico usando una metodología menos convencional y ortodoxa pero también más receptiva a sus necesidades. Durante varios años, Patricio le enseñaría a tocar el piano y también a explorar cuestiones de teoría musical y armonía, preparándolo para el examen final para Profesor de Música del Conservatorio Galvani en el año 1988.

Pese a su formación clásica, Bruno ha estado siempre abierto a escuchar y descubrir nuevas músicas y estilos. Durante los 70 escuchaba rock progresivo, y estaba familiarizado con grupos como Yes, Genesis o Pink Floyd, además de solistas tales como Peter Gabriel, Mike Oldfield o el gran Vangelis. Gracias al propicio ambiente cultural que se respiraba en Buenos Aires, pudo descubrir además a otros interesantes músicos como Michael Brook, Laurie Anderon, Philip Glass, Arvo Pärt, Wendy Carlos o, por supuesto, Brian Eno.


Con semejante variedad de influencias musicales a las que estuvo expuesto, era cuestión de tiempo que adquiriera su primer instrumento electrónico, en este caso un teclado "Siel" de modelo sencillo a finales de los 80, y aquello no fue sino el principio. Por esa época el músico ya se sentía atraído por los sintetizadores y samplers, lo cual le animó a montar su propio estudio y estudiar más a fondo programación de dichos instrumentos con el artista sonoro experimental Jorge Haro. Desde entonces el músico ha mantenido una provechosa relación con la electrónica, en una continua experimentación a la búsqueda de nuevos sonidos y matices.

Tras hacer un curso de composición musical aplicada al cine, el teatro, la danza y otros medios audiovisuales, Bruno compuso su primer álbum, titulado "Sons of Light" (1991), y en donde se aprecia claramente ese interés del compositor por la música cinematográfica. El álbum fue editado por EPSA Music y distribuido en Argentina y otros países suramericanos. Ese mismo año presentó el disco en concierto en la ciudad argentina de Bariloche, compartiendo escenarios nada más y nada menos que con Lito Vitale, célebre entre los aficionados a las "nuevas músicas" gracias a trabajos tan maravillosos como "Ese Amigo del Alma" (1988) o "La Senda Infinita" (1989).


En el año 1998, Bruno fundó el sello ad21music, orientado a la difusión de la música ambiental, minimalista y contemporánea, y en el 2000 se mudó a España para asentarse, hasta la actualidad, en un acogedor pueblo costero próximo a Barcelona, gracias a lo cual pudo conocer a otros importantes músicos de la escena electrónica tales como Michel Huygen, John Lakveet, Dom F. Scab y, por supuesto, Max Corbacho, uno de los más grandes exponentes de la música ambient en nuestro país, y con quien colaboraría en dos trabajos, "Indalo" (2004) y "Bioma" (2011), además de compartir también las labores de gestión de la web de ad21music a partir del año 2003.

Asimismo ha colaborado con otras grandes figuras de la música ambient y drone de proyección internacional tales como el italiano Alio Die (Stefano Musso) y el alemán Mathias Grassow, con quien ha grabado dos imprescindibles trabajos, "Ambessence" (2008) y "Cromo" (2010), en donde se fusionan los drones de Mathias con el piano de Bruno en una experiencia sonora profundamente espiritual y purificadora.


Con la llegada del nuevo siglo, por tanto, la música de Bruno Sanfilippo experimentó un importante cambio de estilo más orientado a la elaboración de paisajes sonoros y que le permitiría al músico, más adelante, volcarse, más concretamente, en dos áreas de interés: por un lado, la exploración de espaciosas texturas pianísticas, en donde mostraría un encomiable talento con el uso del reverb, consiguiendo un sonido envolvente pero preservando, al mismo tiempo, sus más íntimos detalles (sirvan como ejemplo los dos trabajos anteriormente citados en colaboración con Mathias Grassow así como también, por supuesto, su serie "Piano Textures"); y, por otro, la creación de lo que el músico denomina "esculturas electrónicas", como puede apreciarse en trabajos tales como "Auralspaces" (2009) o "Subliminal Pulse" (2011).

Para la presente entrada hemos seleccionado el décimo proyecto como solista de este gran músico, titulado, precisamente, "Piano Textures 2" (2009), el segundo de una imprescindible trilogía en donde el pianista da buena muestra de su maestría y sensibilidad a la hora de crear contemplativos pasajes ambientales de una belleza celestial. Como el propio título ya nos indica, el protagonista absoluto de este álbum es el piano, más concretamente un piano de cola Steinway modelo D del año 1923, arropado por unos cálidos y etéreos colchones para sintetizador que recrean un sutil ambiente idóneo para la introspección y el silencio. Y es que, como el propio compositor ha señalado, en realidad no necesita mucho más para expresarse, optando pues por la vía de la sencillez y reduciendo el número de elementos en su música a la mínima expresión:

I want to finally transmit things to listeners with elements reduced to the minimum and if it is to be with silence so much the better (...) Silence begins to be a part of the work by turning into a pause full of intention. The placement of the noise or the sound into the space is now a transcendental point of the creation. Meditation and a much closer-to-nature way of life allow me to create music from an inner peace. I find that I am able to venture deeper inside the music I am creating. The very silence suggests to me what sound goes after the next one.


Quizás para garantizar un diálogo más profundo con ese silencio, el álbum fue grabado en el estudio Onix de Barcelona durante una serie de sesiones nocturnas en el verano de 2009, de ahí que esta música resulte especialmente gratificante de escuchar durante las horas de vigilia, cuando la ciudad duerme y la serena quietud de la noche invita al recogimiento y la ensoñación, acunados por los mínimos aunque hermosos y evocadores apuntes melódicos al piano, los cuales se abren paso con cristalina nitidez entre las vaporosas tonalidades electrónicas. El efecto es relajante y al mismo hechizante, de una irresistible atracción, como si la misma vida discurriera a un ritmo más pausado. Sirva la pieza incluida a continuación como ejemplo y testimonio del inmenso genio de Bruno Sanfilippo



Valoración del álbum: ***** sobre *****

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